League of Legends: Fiddlesticks

Salubridad 1830 Mana 1313 Velocidad 335 Armadura 74 Resistor mágica 30 % de critico 0% Vida cada 5 seg 15.4 Mana cada 5 seg 18.6 Resonancia 480 Ver mas de League of Legends en Videojuegos Patrón A lo prolongado de casi vigésimo primaveras, Fiddlesticks ha estado solo en la cámara de invocación más uruguayo de la Agrupación de la Querella. Solo la refulgente luz esmeralda de su ojeada sobrenatural horada la húmeda oscuridad de su morada, cubierta por el polvo. Aquí el mensajero de la homicidio se mantiene en silenciosa desvelo. La suya es la mentira con moraleja del poder descontrolado, la cual se enseña a todos los invocadores de la Federación. Décadas antes, vivía un poderoso mago rúnico de Zaun: Istvaan. Al término de la villa Querella Rúnica, pasó a ser uno de los primeros invocadores de la Federación. Fiel seguidor de las viejas tradiciones de la embeleso, empezó a alejarse cada vez más de las normas de conducta establecidas por la Federación. Así, en el que fue su postrer combate, quiso aventajar sus límites. Se encerró en la cámara de invocación más uruguayo e inició el más peligroso de los rituales: la invocación extraplanar. Nadie sabe a ciencia cierta lo que sucedió en aquella cámara. Aquel día no morapio ningún campeón para representar a Zaun en la Resquicio del Invocador. Al vocear a la puerta de la cámara, solamente el silencio ofrecía su respuesta. El primer aprendiz que entró fue fulminado al instante por una detestable doladera. Los pocos que lo siguieron y sobrevivieron terminaron convirtiéndose en simples lunáticos obsesionados con la homicidio y los cuervos. La Federación, temerosa de un mal que ni siquiera Istvaan podía controlar, selló todas las expectativas de la cámara con la esperanza de poder retener lo que no podía destruir. Pasaron los primaveras, pero la figura de madera que había internamente no se movió nunca, excepto para asesinar a aquellos necios que decidían entrar. El Consejo, al ver que no había forma de recuperar la cámara, concibió un nuevo uso para Fiddlesticks: torturador. Pese a que resucita y parece atenerse a las reglas de la invocación en los Campos de la Equidad, nadie sabe qué es lo que prórroga internamente de su cámara. Su rostro inexpresivo no ofrece ninguna pista y su doladera está siempre preparada para derribar a todo aquel que se cruce en su camino. Aquellos que afirman ”no hay falta que temer, aparte el propio miedo” aún no conocen a los cuervos.

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