Análisis Company of Heroes : Tales of Valor

Prometimos hace poco tiempo conversar de él, y ahora que por fin lo podemos encontrar en las estanterias de las tiendas, es deuda no hacer un exploración más a fondo de lo que nos encontraremos en esta nueva entrega de Company of Heroes. Relic vuelve, luego, a modificar sus propias fórmulas de esparcimiento para seguir ofreciendo productos novedosos que atrapen tanto a los aficionados a la logística como a los menos duchos en el mercaderías pero que pretenden dar el brinco al mismo. ¿El resultado es el esperado? La respuesta rápida es sí, puesto que Tales of Valor se tráfico de un muy buen esparcimiento de bono y logística que nos hará radicar muy buenos momentos a lo amplio de la partida. Sin bloqueo, no es oro todo lo que reluce. ¿Y la logística? Ésta es sin duda la pregunta que muchos de los aficionados a Company of Heroes y su primera expansión se harán tras iniciar la partida en Tales of Valor. No en vano, en esta expansión, que no requiere de los anteriores títulos para ser disfrutada, se han eliminado fundamentos como la mandato de fortuna, la construcción de centros de operaciones y la adquisición de unidades de combate para centrar toda la bono en las escaramuzas entre reducidísimos grupos de unidades. De este modo, las contiendas son ahora más personales que nunca ya que en caso de perder a las tropas no tendremos opción de recuperarlas adquiriendo otras de características similares. En este sentido, el esparcimiento se divide en tres campañas de tres misiones cada una protagonizadas por distintos combatientes. En cada una de ellas, por otra parte, se nos presenta un estilo de esparcimiento más o menos diverso al antecedente siempre adentro de la nueva jugabilidad que presenta el título. Así, por ejemplo, mientras que en la primera de las campañas, Tiger Ace, la bono viaje aproximadamente del manejo de vehículos (controlamos carros de combate), en Causeway todo adquirirá un tono más cercano al manido en las anteriores entregas de la serie, encontrándonos con un pequeño contingente de combatientes con los que tendremos que asaltar posiciones enemigas y, a posteriori, defenderlas de las contraofensivas rivales. Por zaguero, Falaise Pocket ahonda más en las batallas protagonizadas por un pequeño escuadrón de infantería, con el que tendremos que sortear todos los obstáculos posibles y por ocurrir evitando caer en el intento. El problema es que el hecho de contar con estos reducidos grupos de unidades no se traduce en un incremento de las opciones tácticas. Sí, éstas cuentan con diversas habilidades especiales que debemos usar para desanimar a los enemigos con maduro efectividad, mejorar nuestra defensa, o restablecer la vigor (o reparar los blindados en caso de ir a lado de los mismos), pero al final, casi todo consistirá en tirar alrededor de delante disparando a todo enemigo que se cruce en nuestro camino. Por eso, aunque el esparcimiento resulta tan espectacular como las anteriores entregas de la serie, y no se puede desmentir que estamos delante un título francamente divertido, se echa de menos un maduro requerimiento de decisiones estratégicas para sortear los desafíos que plantea Tales of Valor. De lo que no hay dudas es del buen hacer de Relic a la hora de suscitar un avance de la bono lo suficientemente atractivo como para mantenernos pegados al profesor durante horas. Es cierto que el hecho de que cada campaña nos obligue a combatir tres veces en un mismo atmósfera de combate (aunque con variaciones, ya que éstos pueden ampliarse o reducirse) puede restarle cierto punto de variedad al esparcimiento, pero como decíamos, en Tales of Valor viviremos tres situaciones de querella más o menos distintas que nos obligarán a hacer uso de distintas estrategias de combate, por lo que a nivel de variedad no pondríamos excesivas quejas. Tal vez, eso sí, habríamos preferido que las campañas fueran más largas o, en su defecto, que las misiones que las componen tuvieran una duración maduro. No por falta hablamos de un título que superaremos sin excesivos problemas en unas cinco horas ya que cada cometido tendrá una duración aproximada de poco más de treinta minutos. Poco que se queda corto en relación a otros títulos del mercaderías. Eso sí, dependiendo del nivel de dificultad escogido, el desafío que nos planteará Tales of Valor puede calar a ser más que importante, siendo por otra parte un título rejugable en el sentido de que al ser tan directo en la bono, siempre resulta divertido disfrutar de las espectaculares batallas en las que nos veremos inmersos. Por otro flanco, si ayer indicábamos que contamos con una serie de habilidades especiales para sortear las dificultades que se nos plantearán en cada atmósfera de combate, hay que destacar una de las más interesantes en un principio, que es la posibilidad de apuntar manualmente a los enemigos, pero que en la praxis se ha quedado en un simple añadido sin ningún valencia. Y decimos esto porque, por ejemplo, si nos encontramos a lado de un tanque, podemos marcar la diplomacia de apuntar manualmente para ver cómo seguidamente el cañón del chapado sigue al puntero, pero el problema es que esta bono no tiene ningún valencia en la praxis ya que podemos cumplir las mismas acciones con el aguzado de toda la vida. Falta que ver, por ejemplo, con lo manido en Men of War donde sí se nos da la oportunidad de fijar manualmente el punto exacto donde deseamos que nuestras unidades ataquen, pudiendo así por ejemplo dañar rápidamente un transporte hasta conquistar que explote (disparando a sus depósitos de combustible), o hacerlo de tal modo que podamos después hacer uso de dichos vehículos. Teniendo en cuenta que estamos delante un título en el que la bono viaje en torno a tan pocas unidades de combate, ésta es una función que podría ocurrir donado muchísimo más de sí. Mejor impresión nos ha causado la perspectiva multijugador de Tales of Valor ya que nos brinda la oportunidad de disfrutar de la bono del esparcimiento en diversos modos tanto cooperativos como competitivos, logrando así que la vida del producto se alargue de una guisa considerable. En este caso, tendremos la oportunidad de disfrutar de intensos combates en la modalidad Asalto en la que nos enfrentaremos en dos equipos de tres jugadores cada uno encarnando cada legatario a una única pelotón que previamente habrá seleccionado de las disponibles. El objetivo final será el de combinar las habilidades de cada pelotón hasta alcanzar la retaguardia enemiga y destruir los objetivos. Por otro flanco, en Panzerkrieg tendremos que hacernos con los puntos de control del campo de batalla encarnando en esta ocasión a un único chapado que, eso sí, cada legatario podrá personalizar a su capricho para adaptarlo al estilo de esparcimiento que prefiera. La última de las opciones disponibles se tráfico de Stonewall, que a todas luces es la modalidad de esparcimiento más tradicional. No en vano, en este caso sí tendremos que tramitar fortuna y coger nuevas unidades de combate, por lo que en líneas generales, será un más de lo mismo en relación al título diferente y su primera expansión, aunque eso sí, con un nivel de intensidad increíble por la condición de batallar contra una horda constante de enemigos. En lo referente al apartado técnico, si a nivel jugable esta expansión de Company of Heroes ofrece un cambio más que trascendental con respecto al título diferente, no ocurre lo mismo a nivel expresivo y sonoro; poco obvio por otro flanco. Así pues, de nuevo volveremos a disfrutar de unos entornos de combate de grandes proporciones con un trascendental nivel de detalle en los mismos. Destacan aspectos como el motor físico, que nos permite ver con gran detalle cómo un edificio cae bajo el fuego de la artillería pesada o cómo los árboles y enseres urbano sucumbe al paso de los tanques, o la solaz de las explosiones e impactos de bala. Verdaderamente, pese a no ser ya un título puntero, estamos delante un esparcimiento que sorprende y resulta a todas luces espectacular, poco que dice mucho del gran trabajo llevado a lengua por Relic. No nos gustaría terminar este exploración sin destacar igualmente la forma en la que se nos narra la historia del esparcimiento ya que en esta ocasión se ha optado por hacerlo usando diversas ilustraciones de gran calidad que nos mostrarán las vivencias de los soldados que controlaremos. Este gran nivel se mantiene en lo referente al apartado sonoro del esparcimiento ya quela contundencia del conflicto quedará reflejada a la perfección a través de los altavoces. En definitiva, no hay dudas de que Company of Heroes: Tales of Valor se tráfico de un muy buen título que sin duda gustará a un amplio divulgado, tanto amateur a la logística como no. El problema es que no se han estudioso al mayor todas las posibilidades que ofrecía este sistema de esparcimiento, quedando toda la campaña para un solo ludópata en una experiencia de esparcimiento excesivamente centrada en la bono –que repetimos, resulta muy divertida- sin darle cabida a la logística. Si a esto le sumamos que es muy intensa pero demasiado corta, el resultado queda acullá del esperado para un título con el nombre de Company of Heroes. Eso sí, no deja de ser una operación muy recomendable, sobre todo porque su perspectiva multijugador nos mantendrá horas pegados frente al ordenador. Fuente

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